Nota Original Publicada en Green Vivant: http://www.greenvivant.com/vive/hogar/energizar-piedras-cristales/
Los cristales pueden ser nuestros grandes aliados y protectores. ¿Cómo cuidamos y renovamos su energía?
Si ya has incursionado en la adquisición de piedras o cristales energéticos o estás considerando hacerlo, tendrás entonces ya en mente la idea de que probablemente haya que limpiarlos o cuidar su energía. ¿Por qué hacerlo y cómo?
Los cristales, dada su composición y sus propiedades, para liberar energía y armonizar la del ambiente necesariamente participan de un intercambio con el mismo, es decir que absorben la energía del entorno y de quienes entran en contacto con ellos. Por tal motivo es muy importante tener en cuenta esto y limpiarlos antes de llevarlos con nosotros o de utilizarlos en los ambientes que frecuentamos. No olvidemos que al adquirirlos lo más probable es que provengan de una tienda y que antes de llegar a nuestras manos hayan pasado por muchas otras, por lo cual puede decirse que los cristales para cumplir con sus bondades y familiarizarse con nuestra energía y entorno personal necesitan ciertamente un mantenimiento y un -sencillo- cuidado.
Existen diversas formas de energizarlos que varían según la composición del cristal, pero en líneas generales hay dos formas que se adecuan a casi todos los cristales que hoy día comúnmente se utilizan: energización a través del agua y energización a través de la tierra.
A través del agua, sencillamente debemos dejar nuestros cristales al aire libre sumergidos en un recipiente con agua y sal marina durante toda una noche (si es noche de luna nueva, ¡mejor!). A la mañana siguiente los enjuagamos bien con agua, procurando que no queden restos de sal, y luego volvemos a dejarlos al aire libre pero esta vez al sol para que se sequen y recarguen con la energía del astro mayor. Antes que anochezca los recogemos y ya tendremos nuestros cristales listos para ser utilizados.
También se pueden cargar a través de la tierra, dejando nuestros cristales enterrados en tierra de una maceta o de nuestro propio jardín, preferentemente que sea rica en nutrientes. Se deberán dejar enterrados al aire libre un mínimo de tres noches (iniciando en Luna Nueva si es posible), para luego desenterrarlos y dejarlos hasta el próximo anochecer bajo el sol. Ambos métodos es recomendable efectuarlos una vez al mes para mantener nuestras piedras en armonía y sintonizadas con nosotros y la naturaleza (¡de allí provienen!).
No olvidemos que los cristales son materia viva y grandes aliados de nuestro desarrollo y crecimiento personal, por lo tanto no solo usémoslos sino que también cuidémoslos siendo conscientes de que si ellos están energizados podrán cumplir con su misión de ayuda y equilibrio en la vida de todos los que apreciamos su existencia. 😉